La ecografía Doppler es una técnica de diagnóstico por imagen que utiliza ultrasonidos para evaluar el flujo sanguíneo en los vasos. A diferencia de la ecografía convencional, que solo proporciona imágenes de los tejidos y órganos, la ecografía Doppler permite medir y visualizar el movimiento de la sangre a través de las arterias y venas. Esta técnica se basa en el efecto Doppler, un fenómeno físico que describe el cambio en la frecuencia de las ondas sonoras cuando se reflejan en un objeto en movimiento, en este caso, los glóbulos rojos en el torrente sanguíneo.
Durante una ecografía Doppler, un transductor emite ondas sonoras de alta frecuencia hacia el área del cuerpo que se está examinando. Estas ondas sonoras se reflejan en los glóbulos rojos que circulan por los vasos sanguíneos y regresan al transductor. El cambio en la frecuencia de las ondas reflejadas, causado por el movimiento de la sangre, se analiza para crear imágenes y gráficos que representan la velocidad y la dirección del flujo sanguíneo.
Existen varios tipos de ecografía Doppler, cada uno con aplicaciones específicas:
- Doppler Color: este tipo de Doppler superpone información sobre el flujo sanguíneo en una imagen en blanco y negro de la ecografía convencional. Los diferentes colores representan la dirección y la velocidad del flujo sanguíneo, facilitando la identificación de anormalidades en la circulación.
- Doppler Pulsado: en esta modalidad, se obtiene una gráfica del flujo sanguíneo en un punto específico del vaso. Es útil para medir con precisión la velocidad de la sangre y detectar problemas como estenosis o bloqueos en las arterias.
- Doppler Continuo: utiliza dos cristales en el transductor, uno para emitir y otro para recibir las ondas sonoras, permitiendo la evaluación del flujo sanguíneo a velocidades muy altas. Este método es especialmente útil para evaluar el flujo en vasos grandes y en situaciones donde se sospecha una obstrucción significativa.
- Doppler de Potencia: proporciona información sobre la cantidad de flujo sanguíneo sin mostrar la dirección. Es más sensible que el Doppler color para detectar flujos lentos y en vasos pequeños.
La ecografía Doppler se utiliza comúnmente para evaluar la salud de los vasos sanguíneos y el flujo sanguíneo en diversas partes del cuerpo, incluyendo las extremidades, el abdomen, el cerebro y el corazón. Es una herramienta crucial en la detección y monitorización de enfermedades cardiovasculares, como la arteriosclerosis, los aneurismas, las trombosis y las malformaciones vasculares. Además, se emplea en obstetricia para evaluar el flujo sanguíneo en el cordón umbilical y otros vasos del feto y la madre.
Este procedimiento es no invasivo, indoloro y no utiliza radiación, lo que lo hace seguro para la mayoría de los pacientes, incluidos los embarazadas y los niños. La duración de una ecografía Doppler puede variar según el área que se esté examinando y la complejidad del caso, pero generalmente se realiza en un tiempo relativamente corto, proporcionando resultados inmediatos que son fundamentales para el diagnóstico y el manejo de diversas condiciones médicas.