Las glándulas suprarrenales son dos pequeñas estructuras endocrinas que se sitúan sobre cada uno de los riñones. Estas glándulas son esenciales para la producción de hormonas que regulan múltiples funciones corporales. Cada glándula suprarrenal se compone de dos partes principales: la corteza y la médula.
La corteza suprarrenal es la capa externa de la glándula y está dividida en tres zonas: la zona glomerulosa, la zona fasciculada y la zona reticular. Cada una de estas zonas produce diferentes tipos de hormonas esteroides. La zona glomerulosa produce mineralocorticoides, principalmente la aldosterona, que regula el equilibrio de sodio y potasio y, por ende, la presión arterial. La zona fasciculada secreta glucocorticoides, como el cortisol, que influyen en el metabolismo de carbohidratos, proteínas y grasas, y ayudan al cuerpo a responder al estrés. La zona reticular produce andrógenos, hormonas sexuales que contribuyen al desarrollo de características sexuales secundarias.
La médula suprarrenal, situada en el interior de la glándula, produce catecolaminas, que incluyen la adrenalina (epinefrina) y la noradrenalina (norepinefrina). Estas hormonas son cruciales para la respuesta de «lucha o huida» del cuerpo, aumentando la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el flujo sanguíneo a los músculos en situaciones de estrés agudo.
Las glándulas suprarrenales están reguladas por el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HHS). Este eje implica la liberación de hormona liberadora de corticotropina (CRH) por el hipotálamo, que a su vez estimula la liberación de hormona adrenocorticotrópica (ACTH) por la hipófisis anterior. La ACTH actúa sobre la corteza suprarrenal para promover la síntesis y liberación de glucocorticoides. Este sistema de retroalimentación asegura que los niveles hormonales se mantengan dentro de un rango adecuado para el funcionamiento óptimo del cuerpo.
Además, las glándulas suprarrenales tienen un papel significativo en la regulación del sistema inmunológico y en la respuesta inflamatoria. Las alteraciones en la función suprarrenal pueden llevar a diversas condiciones médicas, como el síndrome de Cushing, causado por un exceso de glucocorticoides, o la enfermedad de Addison, resultado de una insuficiencia suprarrenal.