La cetoacidosis diabética (CAD) es una complicación grave de la diabetes mellitus, caracterizada por la presencia de altos niveles de cuerpos cetónicos en la sangre y orina, junto con hiperglucemia y acidosis metabólica. Esta condición se presenta con mayor frecuencia en pacientes con diabetes tipo 1, aunque también puede ocurrir en aquellos con diabetes tipo 2 bajo ciertas circunstancias.
La CAD se desencadena cuando hay una insuficiencia absoluta o relativa de insulina, lo que lleva a un incremento en la producción de glucosa por el hígado y una incapacidad de las células para utilizarla adecuadamente. Ante esta situación, el organismo empieza a descomponer las grasas como fuente alternativa de energía, generando cuerpos cetónicos como subproductos. Estos cuerpos cetónicos, como el acetoacetato y el beta-hidroxibutirato, son ácidos que, al acumularse en la sangre, provocan una acidosis metabólica.
Los síntomas de la cetoacidosis diabética pueden desarrollarse rápidamente, a menudo en un lapso de 24 horas. Los signos iniciales incluyen poliuria (aumento en la producción de orina), polidipsia (sed excesiva), y síntomas de deshidratación. A medida que la condición progresa, pueden aparecer otros síntomas como náuseas, vómitos, dolor abdominal, respiración rápida y profunda (respiración de Kussmaul), y un aliento con olor a frutas debido a la presencia de acetona. En casos graves, la CAD puede llevar a la disminución del estado de conciencia y coma.
El diagnóstico de la cetoacidosis diabética se basa en la combinación de criterios clínicos y de laboratorio. Los hallazgos típicos incluyen niveles elevados de glucosa en sangre (generalmente superiores a 250 mg/dL), presencia de cetonas en sangre y orina, y un pH arterial inferior a 7.3, indicando acidosis metabólica. Adicionalmente, se observa una disminución en el bicarbonato sérico y un aumento en el anión gap.
Es fundamental el reconocimiento temprano de los síntomas y la confirmación diagnóstica para iniciar un tratamiento adecuado y evitar complicaciones graves. La CAD puede ser precipitada por diversos factores, entre ellos infecciones, omisión de dosis de insulina, infarto agudo de miocardio, o situaciones de estrés agudo como trauma o cirugía. Por lo tanto, es crucial la educación del paciente diabético en cuanto a la identificación de signos tempranos y el manejo adecuado de su condición para prevenir la aparición de la cetoacidosis diabética.