Resumen
El dispositivo de asistencia ventricular izquierda (DAVI o LVAD, por sus siglas en inglés) es una bomba mecánica que se utiliza para asistir la función cardíaca en pacientes que padecen insuficiencia cardíaca grave. Funciona ayudando al ventrículo izquierdo, la principal cámara de bombeo del corazón, a suministrar sangre al resto del cuerpo. Se ha convertido en una opción crucial para las personas que están en espera de un trasplante de corazón o para aquellas que no son aptas para un trasplante, actuando como una «terapia de destino». Los DAVI modernos están diseñados para funcionar de manera continua, utilizando tecnologías de flujo centrífugo o axial. Estos dispositivos están compuestos por una bomba que se implanta quirúrgicamente en el pecho y un controlador externo que regula el flujo sanguíneo. Aliviando la carga del corazón, mejoran significativamente la calidad de vida y reducen los síntomas asociados a la insuficiencia cardíaca terminal.
Por qué se realiza
Los DAVI se utilizan para mejorar la función cardíaca en casos graves de insuficiencia cardíaca avanzada. Algunas de las razones principales para implantar un dispositivo son:
- Puente al trasplante: En pacientes con insuficiencia cardíaca que esperan un trasplante de corazón, el DAVI puede mantener la circulación sanguínea y la función de órganos vitales.
- Terapia de destino: Para pacientes que no son aptos para un trasplante, el DAVI puede proporcionar soporte a largo plazo, ayudando a reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida.
- Puente a la recuperación: En algunos casos, el dispositivo puede utilizarse temporalmente para permitir que el corazón se recupere y recupere su función.
- Puente a la decisión: A veces, el DAVI se implanta como una medida temporal para estabilizar al paciente mientras se decide un tratamiento definitivo.
Preparación Preoperatoria
Antes de la implantación de un DAVI, se requiere una preparación cuidadosa para evaluar la elegibilidad del paciente. Esto puede incluir:
- Evaluación médica integral: Para verificar el estado general de salud y la aptitud para la cirugía.
- Imágenes cardíacas: Ecocardiograma, resonancia magnética o tomografía computarizada para evaluar la anatomía y la función cardíaca.
- Pruebas de laboratorio: Para evaluar la función renal, hepática, y otros factores.
- Ajustes de medicación: Ajustar o suspender medicamentos que puedan interferir con el procedimiento o el dispositivo.
- Asesoramiento emocional: La implantación puede ser emocionalmente desafiante, por lo que se aconseja el apoyo de un equipo de salud mental o grupos de apoyo.
Procedimientos Quirúrgicos
La implantación de un DAVI implica un procedimiento quirúrgico a corazón abierto. Algunos de los pasos clave incluyen:
- Apertura del tórax: Se realiza una incisión para acceder al corazón.
- Colocación del dispositivo: La bomba se conecta al ventrículo izquierdo y a la arteria principal, normalmente la aorta, para facilitar el flujo sanguíneo.
- Conexión del controlador: El controlador externo se conecta a la bomba a través de un cable que pasa por una pequeña abertura en el abdomen.
- Pruebas y ajustes: Se prueban las conexiones y se ajusta el flujo para que el dispositivo funcione de manera óptima.
Recuperación Postoperatoria
La recuperación tras la implantación del DAVI implica varias fases:
- Hospitalización: Un período en la unidad de cuidados intensivos (UCI) para monitorear la función cardíaca y ajustar el dispositivo.
- Rehabilitación: Terapia física y ejercicios de respiración para mejorar la movilidad y la función pulmonar.
- Educación: El equipo médico capacita al paciente y a su familia sobre el manejo del dispositivo, incluyendo el control del controlador externo y la batería.
- Seguimiento: Visitas regulares para evaluar el progreso, ajustar la medicación y monitorear posibles complicaciones, como infecciones.
Rehabilitación y Cuidados a Largo Plazo
La vida con un DAVI implica ajustes a largo plazo en los hábitos de vida:
- Ejercicio: Se recomiendan ejercicios de bajo impacto bajo supervisión médica para mantener el estado físico.
- Dieta: Una dieta equilibrada, baja en sodio, para reducir la presión sobre el corazón.
- Apoyo psicológico: Grupos de apoyo, asesoramiento y estrategias para manejar el estrés pueden ser útiles.
- Monitoreo regular: Revisiones periódicas para asegurarse de que el dispositivo funcione correctamente.
- Precauciones especiales: Evitar actividades que puedan dañar el controlador o el cable de conexión.
Un DAVI, también conocido como LVAD, es una bomba mecánica que ayuda al ventrículo izquierdo a bombear sangre desde el corazón al resto del cuerpo, mejorando la circulación en personas con insuficiencia cardíaca avanzada.
Los candidatos ideales incluyen a personas con insuficiencia cardíaca grave que están en espera de un trasplante de corazón, o aquellas que no son aptas para un trasplante pero necesitan mejorar su calidad de vida.
La implantación se realiza a través de una cirugía a corazón abierto, donde se coloca la bomba en el ventrículo izquierdo y se conecta a la aorta. Un cable externo pasa por el abdomen para conectar el controlador externo a la bomba.
La recuperación puede variar, pero generalmente implica una estancia de varias semanas en el hospital, seguida de rehabilitación física. Se requieren controles periódicos y una adaptación a nuevos hábitos de vida.
Las complicaciones pueden incluir infecciones, coágulos sanguíneos, sangrado y mal funcionamiento del dispositivo. El monitoreo regular y una buena higiene son fundamentales para minimizar estos riesgos.
Con el tiempo, muchos pacientes pueden hacer ejercicio moderado bajo supervisión médica. Viajar es posible con una planificación adecuada para el suministro de energía del dispositivo y el acceso a servicios médicos en caso de emergencia.
