La encefalopatía es un término general que se refiere a cualquier enfermedad o daño que afecta el cerebro. Esta condición se caracteriza por una alteración del estado mental y puede tener diversas causas, incluyendo infecciones, toxinas, trastornos metabólicos, hipoxia, trauma y enfermedades sistémicas. La encefalopatía puede ser aguda o crónica y variar en gravedad desde síntomas leves y transitorios hasta alteraciones neurológicas graves y permanentes.
Las causas de la encefalopatía son numerosas y se pueden agrupar en varias categorías. Entre las infecciosas, las más comunes son las encefalitis virales y las meningitis bacterianas, que pueden inflamar el cerebro y sus membranas. Las toxinas, como el alcohol, las drogas ilícitas y ciertos medicamentos, también pueden causar encefalopatía, al igual que la exposición a metales pesados como el plomo o el mercurio. Los trastornos metabólicos, como la hipoglucemia, la hiperglucemia, la insuficiencia hepática y la insuficiencia renal, pueden interrumpir el equilibrio químico del cerebro y llevar a una encefalopatía metabólica.
La hipoxia, o la falta de oxígeno en el cerebro, es otra causa importante de encefalopatía. Esto puede ocurrir debido a una parada cardíaca, asfixia, ahogamiento o enfermedades pulmonares graves. Además, el trauma craneal, como una conmoción cerebral o una lesión cerebral traumática, puede resultar en una encefalopatía postraumática. Las enfermedades sistémicas, como la sepsis, el cáncer y las enfermedades autoinmunes, también pueden afectar el cerebro y causar encefalopatía.
Los síntomas de la encefalopatía varían según la causa subyacente y la gravedad de la afectación cerebral. Los síntomas comunes incluyen confusión, pérdida de memoria, alteraciones del estado de ánimo, convulsiones, debilidad muscular, pérdida de coordinación y alteraciones del habla. En casos severos, los pacientes pueden experimentar un estado de coma.
El diagnóstico de la encefalopatía se basa en una combinación de la historia clínica del paciente, un examen físico y pruebas diagnósticas. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre para evaluar las funciones hepáticas y renales, niveles de glucosa y electrolitos, y la presencia de toxinas o infecciones. Las imágenes cerebrales, como la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM), pueden ayudar a identificar daños estructurales o inflamación en el cerebro. Los estudios electroencefalográficos (EEG) pueden detectar actividad eléctrica anormal en el cerebro.
El tratamiento de la encefalopatía se centra en abordar la causa subyacente. Por ejemplo, la encefalopatía hepática se trata con medidas para reducir la acumulación de toxinas en el cuerpo, mientras que la encefalopatía metabólica se maneja corrigiendo los desequilibrios químicos. En casos de encefalopatía causada por infecciones, se administran antibióticos o antivirales apropiados.