La leucemia es un tipo de cáncer que afecta a los tejidos formadores de sangre del cuerpo, incluidos la médula ósea y el sistema linfático. Este trastorno se caracteriza por la producción anormal y excesiva de glóbulos blancos inmaduros, conocidos como blastos, que interfieren con la producción de células sanguíneas normales. La leucemia puede clasificarse en varios tipos, dependiendo del tipo de célula afectada y de la rapidez con la que progresa la enfermedad.
Los principales tipos de leucemia son:
- Leucemia linfocítica aguda (LLA): es el tipo más común de leucemia en niños, aunque también puede presentarse en adultos. Se origina en los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco, y progresa rápidamente.
- Leucemia mieloide aguda (LMA): afecta a los mielocitos, otro tipo de glóbulo blanco, y es más común en adultos que en niños. También progresa rápidamente y requiere tratamiento inmediato.
- Leucemia linfocítica crónica (LLC): es más frecuente en adultos mayores y progresa lentamente. A menudo, los pacientes pueden no presentar síntomas durante varios años.
- Leucemia mieloide crónica (LMC): afecta principalmente a adultos y se caracteriza por una fase crónica que puede durar varios años antes de que la enfermedad se acelere y se vuelva más agresiva.
Causas y Factores de Riesgo
Las causas exactas de la leucemia no están completamente claras, pero se han identificado varios factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad. Estos incluyen:
- Factores genéticos: alteraciones en ciertos genes pueden predisponer a una persona a la leucemia.
- Exposición a radiación: la exposición a niveles altos de radiación, como la que se libera en accidentes nucleares, aumenta el riesgo.
- Sustancias químicas: la exposición a ciertos químicos industriales, como el benceno, se ha relacionado con un mayor riesgo de leucemia.
- Tratamientos previos de cáncer: pacientes que han recibido quimioterapia o radioterapia para otros tipos de cáncer pueden tener un riesgo aumentado de desarrollar leucemia.
- Trastornos genéticos: algunos síndromes genéticos, como el síndrome de Down, se asocian con un mayor riesgo de leucemia.
Síntomas
Los síntomas de la leucemia varían según el tipo y la gravedad de la enfermedad, pero pueden incluir:
- Fatiga y debilidad: provocadas por la anemia, una disminución en la cantidad de glóbulos rojos.
- Infecciones frecuentes: debido a la disminución en la producción de glóbulos blancos normales.
- Hematomas y sangrado fácil: resultantes de una baja en las plaquetas.
- Pérdida de peso inexplicada: común en muchos tipos de cáncer.
- Dolor en los huesos o articulaciones: causado por la acumulación de células leucémicas en la médula ósea.
- Hinchazón de los ganglios linfáticos, hígado o bazo: puede resultar en un dolor o sensación de saciedad en el abdomen.
Diagnóstico
El diagnóstico de la leucemia generalmente comienza con un examen físico y análisis de sangre para detectar niveles anormales de células sanguíneas. Si se sospecha de leucemia, se realizan pruebas adicionales, como una biopsia de médula ósea, para confirmar el diagnóstico y determinar el tipo específico de leucemia.