Las petequias son pequeñas manchas redondas que aparecen en la piel debido a la extravasación de sangre de los capilares hacia la dermis. Estas lesiones cutáneas tienen un diámetro inferior a 2 mm y no desaparecen al aplicar presión sobre ellas, lo que las distingue de otras afecciones dermatológicas como el eritema. Su coloración puede variar desde el rojo brillante hasta el púrpura o marrón, dependiendo de la antigüedad de la sangre extravasada y la piel circundante.
Las petequias pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en áreas con mayor presión o fricción, como las extremidades inferiores. No son una enfermedad en sí mismas, sino un signo clínico que indica un posible trastorno subyacente que afecta la coagulación sanguínea o la integridad de los vasos capilares. Entre las causas más comunes de petequias se encuentran las infecciones virales y bacterianas, las enfermedades autoinmunes, los trastornos de la coagulación, el uso de ciertos medicamentos anticoagulantes o antiplaquetarios, y la deficiencia de vitamina C (escorbuto).
En el contexto de las infecciones, las petequias pueden ser indicativas de condiciones graves como la meningococcemia, una infección bacteriana potencialmente mortal causada por Neisseria meningitidis, o la fiebre hemorrágica, que puede ser resultado de infecciones virales como el dengue o el ébola. En estos casos, la aparición de petequias suele acompañarse de otros síntomas sistémicos graves como fiebre alta, malestar general, y signos de sepsis.
Además, las petequias pueden asociarse a condiciones hematológicas como la púrpura trombocitopénica idiopática (PTI), donde una disminución en el recuento de plaquetas lleva a una mayor tendencia al sangrado y la formación de estas manchas. En situaciones de trauma físico, las petequias pueden resultar de la presión excesiva aplicada sobre la piel, como en el caso de una tos severa, vómitos intensos, o estrangulamiento.
El diagnóstico de las petequias generalmente implica una evaluación clínica detallada y puede requerir pruebas adicionales para identificar la causa subyacente. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre para medir el recuento de plaquetas, tiempos de coagulación, y otros parámetros hematológicos, así como cultivos de sangre para detectar infecciones bacterianas. En algunos casos, puede ser necesario realizar una biopsia de piel para examinar el tejido afectado bajo el microscopio y obtener un diagnóstico definitivo.
Dado que las petequias pueden ser un signo de condiciones médicas serias, es fundamental que cualquier aparición repentina o inexplicable de estas manchas sea evaluada por un profesional de la salud. El tratamiento de las petequias depende en gran medida de la causa subyacente y puede variar desde la administración de antibióticos en el caso de infecciones bacterianas hasta la suspensión de medicamentos que puedan estar contribuyendo al problema.