La xerostomía, comúnmente conocida como «boca seca», es una condición médica caracterizada por la reducción o ausencia de saliva en la cavidad oral. Esta afección puede ser el resultado de diversas causas, incluyendo factores fisiológicos, patológicos y farmacológicos. La saliva desempeña un papel crucial en la salud bucal, ya que ayuda en la digestión inicial de los alimentos, protege contra infecciones y facilita la masticación y deglución.
Entre las causas más comunes de xerostomía se encuentran el uso de ciertos medicamentos, como antihistamínicos, antidepresivos, antihipertensivos y diuréticos, que pueden tener efectos secundarios que reducen la producción de saliva. Además, tratamientos médicos como la radioterapia dirigida a la cabeza y el cuello pueden dañar las glándulas salivales, llevando a una disminución significativa en la producción de saliva.
Enfermedades sistémicas también pueden contribuir a la xerostomía. Por ejemplo, el síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmunitaria, ataca las glándulas salivales, causando una marcada reducción en la producción de saliva. La diabetes mellitus, enfermedades de Parkinson, el VIH/SIDA y la fibrosis quística también se asocian con esta condición.
Los síntomas de la xerostomía incluyen una sensación de sequedad en la boca, dificultad para masticar, tragar y hablar, una lengua seca y áspera, y una mayor incidencia de caries dentales y enfermedades periodontales. La falta de saliva puede también causar que los tejidos bucales se irriten y se inflamen, lo que puede llevar a infecciones orales, como la candidiasis.
El diagnóstico de xerostomía se basa en la evaluación clínica de los síntomas del paciente, junto con pruebas específicas que pueden medir la cantidad de saliva producida. Estas pruebas incluyen la sialometría, que mide el flujo de saliva, y la sialografía, una técnica de imagen que evalúa la anatomía y función de las glándulas salivales.
Es importante abordar la xerostomía no solo por el malestar que causa, sino también por sus potenciales complicaciones. El manejo de esta condición puede incluir la identificación y modificación de los factores causales, el uso de sustitutos de saliva y agentes estimulantes de la salivación, así como la implementación de medidas de higiene oral rigurosas para prevenir la caries dental y otras complicaciones.