La resincronización cardíaca, también conocida como terapia de resincronización cardíaca (TRC), es un tratamiento avanzado diseñado para mejorar la eficiencia del corazón en pacientes con insuficiencia cardíaca. Este procedimiento implica la utilización de un dispositivo especial que envía impulsos eléctricos al corazón para coordinar mejor los latidos de sus cavidades.
En condiciones normales, el corazón late de manera sincronizada, con las cámaras superior e inferior (aurículas y ventrículos) contrayéndose en un ritmo ordenado. Sin embargo, en algunos pacientes con insuficiencia cardíaca, este ritmo se descompensa, especialmente en los ventrículos, lo que reduce la capacidad del corazón para bombear sangre de manera eficiente. Esta disincronía ventricular puede llevar a un empeoramiento de los síntomas de insuficiencia cardíaca, como la fatiga, la falta de aire y la acumulación de líquidos en el cuerpo.
La terapia de resincronización cardíaca se lleva a cabo mediante la implantación de un dispositivo similar a un marcapasos, conocido como marcapasos biventricular o desfibrilador biventricular. Este dispositivo cuenta con tres electrodos: uno en la aurícula derecha, uno en el ventrículo derecho y uno en una vena que cubre el ventrículo izquierdo. Los electrodos envían impulsos eléctricos al corazón para coordinar los movimientos de ambos ventrículos, lo que mejora la sincronización del latido cardíaco.
El procedimiento de implantación del dispositivo de TRC es mínimamente invasivo. Se realiza bajo anestesia local y suele durar unas pocas horas. El dispositivo se coloca generalmente debajo de la piel, cerca de la clavícula, y los electrodos se introducen a través de las venas hasta llegar al corazón. Una vez implantado, el dispositivo puede ajustarse de forma externa para optimizar su funcionamiento según las necesidades del paciente.
Los pacientes que se benefician de la resincronización cardíaca son aquellos que presentan insuficiencia cardíaca moderada a severa, con síntomas persistentes a pesar del tratamiento médico óptimo y que tienen una fracción de eyección ventricular izquierda reducida, generalmente por debajo del 35%. Además, deben presentar un retraso en la conducción eléctrica del corazón, que suele manifestarse como un ensanchamiento del complejo QRS en el electrocardiograma.
Los beneficios de la TRC incluyen la mejora de los síntomas de insuficiencia cardíaca, una mayor capacidad para realizar actividades físicas, una reducción en las hospitalizaciones relacionadas con la insuficiencia cardíaca y, en algunos casos, una mejora en la función cardíaca general. No obstante, como todo procedimiento médico, la TRC puede conllevar riesgos y complicaciones, como infecciones en el sitio de implantación, desplazamiento de los electrodos o mal funcionamiento del dispositivo, que deben ser monitoreados por un especialista.
La resincronización cardíaca representa un avance significativo en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, ofreciendo una opción terapéutica para pacientes que no responden adecuadamente a los tratamientos convencionales. A través de la coordinación mejorada de los latidos cardíacos, la TRC puede mejorar la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes con insuficiencia cardíaca.