El síndrome de Guillain-Barré (SGB) es un trastorno neurológico raro en el que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error una parte del sistema nervioso periférico. Este síndrome puede afectar a cualquier persona en cualquier momento de la vida, aunque es más frecuente en adultos y en personas mayores.
El SGB generalmente se inicia con una debilidad y hormigueo en las extremidades, que a menudo comienza en las piernas y puede propagarse a los brazos y la parte superior del cuerpo. En algunos casos, estos síntomas pueden aumentar en intensidad hasta el punto de producir una parálisis casi total. En los casos más graves, el síndrome puede afectar los músculos que controlan la respiración, lo que requiere el uso de un respirador para mantener la función respiratoria.
La causa exacta del síndrome de Guillain-Barré no se conoce con certeza. Sin embargo, en muchos casos, el trastorno es precedido por una infección bacteriana o viral. Las infecciones respiratorias o gastrointestinales, como la causada por Campylobacter jejuni, son comúnmente reportadas antes del inicio del SGB. En raras ocasiones, el síndrome puede desencadenarse por una cirugía o una vacunación.
El diagnóstico del SGB se basa en la historia clínica y en varios exámenes, incluyendo estudios de la conducción nerviosa y análisis del líquido cefalorraquídeo, que puede mostrar niveles elevados de proteínas. La resonancia magnética también puede ser útil para descartar otros trastornos neurológicos.
El tratamiento del síndrome de Guillain-Barré incluye terapias inmunomoduladoras como la plasmaféresis (intercambio de plasma) y la inmunoglobulina intravenosa (IVIg), que pueden reducir la gravedad y duración de los síntomas. Estas terapias son más efectivas cuando se inician en las primeras etapas del trastorno. Además, los cuidados de apoyo son esenciales, especialmente en los casos graves que requieren atención en unidades de cuidados intensivos. La rehabilitación física también juega un papel crucial en la recuperación, ayudando a los pacientes a recuperar la fuerza y la movilidad.
La mayoría de las personas con SGB experimentan una recuperación significativa, aunque el proceso puede ser lento y puede llevar semanas, meses o incluso años. Algunos pacientes pueden tener secuelas a largo plazo, como debilidad residual, fatiga o dolor neuropático. La tasa de mortalidad asociada con el síndrome de Guillain-Barré es baja, pero puede ocurrir debido a complicaciones como infecciones respiratorias, tromboembolismo venoso o disfunción autonómica.
En resumen, el síndrome de Guillain-Barré es un trastorno neurológico grave y potencialmente debilitante que requiere un diagnóstico temprano y un manejo adecuado para mejorar las probabilidades de recuperación y minimizar las complicaciones a largo plazo.