La tiroiditis es una inflamación de la glándula tiroides, una estructura en forma de mariposa ubicada en la parte frontal del cuello, justo debajo de la nuez de Adán. La tiroides es crucial en la regulación del metabolismo del cuerpo a través de la producción de hormonas tiroideas, principalmente la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3).
Existen varios tipos de tiroiditis, cada uno con características, causas y presentaciones clínicas específicas:
- Tiroiditis de Hashimoto: es una enfermedad autoinmune y la causa más común de hipotiroidismo en países desarrollados. El sistema inmunológico ataca a la tiroides, lo que resulta en una inflamación crónica que eventualmente reduce la función tiroidea. Los pacientes pueden experimentar fatiga, aumento de peso, depresión, y sensibilidad al frío.
- Tiroiditis subaguda (de Quervain): esta forma de tiroiditis suele estar asociada con infecciones virales de las vías respiratorias superiores. Los síntomas incluyen dolor en el cuello, fiebre, fatiga, y síntomas de hipertiroidismo transitorio seguidos por hipotiroidismo. La inflamación tiende a ser autolimitada, resolviéndose en semanas o meses.
- Tiroiditis postparto: afecta a algunas mujeres en el primer año después del parto. Inicialmente puede causar hipertiroidismo seguido de hipotiroidismo. Aunque puede resolverse espontáneamente, algunas mujeres pueden desarrollar hipotiroidismo permanente.
- Tiroiditis silente (indolora): similar a la tiroiditis postparto, pero no relacionada con el embarazo. Generalmente es autolimitada, presentando fases de hipertiroidismo y luego hipotiroidismo transitorio.
- Tiroiditis supurativa (bacteriana aguda): es rara y usualmente resulta de una infección bacteriana. Los pacientes presentan fiebre, dolor severo en el cuello, y signos de infección. Requiere tratamiento antibiótico y, en algunos casos, drenaje quirúrgico.
- Tiroiditis inducida por fármacos: ciertos medicamentos, como el amiodarona, pueden causar inflamación de la tiroides. Los síntomas pueden variar dependiendo de la fase de la inflamación y la función tiroidea afectada.
Los síntomas de la tiroiditis varían ampliamente según el tipo y la fase de la enfermedad. En la fase inicial, cuando hay liberación excesiva de hormonas tiroideas debido a la inflamación, los síntomas pueden incluir ansiedad, palpitaciones, pérdida de peso, y temblores, indicando hipertiroidismo. Posteriormente, cuando la glándula se ha dañado y no produce suficientes hormonas tiroideas, pueden aparecer síntomas de hipotiroidismo como fatiga, aumento de peso, piel seca, y estreñimiento.
El diagnóstico de tiroiditis generalmente se realiza a través de una combinación de historia clínica, examen físico, análisis de sangre para medir los niveles de hormonas tiroideas y anticuerpos, y estudios de imagen como ecografía tiroidea. La ecografía puede mostrar una glándula inflamada y ayudar a diferenciar entre diferentes tipos de tiroiditis.