La válvula mitral, también conocida como válvula bicúspide o válvula auriculoventricular izquierda, es una estructura vital del corazón que regula el flujo sanguíneo entre la aurícula izquierda y el ventrículo izquierdo. Su nombre deriva de su forma, que recuerda a una mitra, el tocado utilizado por los obispos. Esta válvula tiene dos valvas o cúspides principales: la cúspide anterior y la cúspide posterior. Cada una de estas valvas está unida por unas estructuras llamadas cuerdas tendinosas, que a su vez se conectan a los músculos papilares del ventrículo izquierdo.
Durante la fase de diástole cardíaca, la válvula mitral se abre para permitir que la sangre rica en oxígeno pase de la aurícula izquierda al ventrículo izquierdo. En la sístole, cuando el ventrículo izquierdo se contrae, la válvula mitral se cierra para evitar el reflujo de sangre hacia la aurícula izquierda. Este cierre es crucial para mantener un flujo sanguíneo unidireccional y eficiente, asegurando que la sangre sea expulsada adecuadamente a la aorta y luego distribuida por el cuerpo.
La estructura de la válvula mitral incluye varias partes importantes, como las mencionadas cúspides, las cuerdas tendinosas y los músculos papilares. Las cúspides están formadas por tejido conectivo denso cubierto por endocardio, lo que les confiere la flexibilidad y resistencia necesarias para soportar la presión del flujo sanguíneo. Las cuerdas tendinosas son fibras colágenas fuertes que conectan las cúspides a los músculos papilares, estructuras musculares situadas en las paredes del ventrículo izquierdo. Estos músculos papilares se contraen durante la sístole para tensar las cuerdas tendinosas, ayudando a mantener las cúspides en posición cerrada y evitando la eversión hacia la aurícula izquierda.
Las disfunciones de la válvula mitral pueden dar lugar a varios trastornos cardíacos, siendo los más comunes la insuficiencia mitral y la estenosis mitral. La insuficiencia mitral se caracteriza por un cierre incompleto de la válvula, lo que permite el reflujo de sangre hacia la aurícula izquierda durante la sístole. Este problema puede ser causado por diversas condiciones, incluyendo prolapso de la válvula mitral, degeneración mixomatosa, o daño al tejido valvular por infecciones o infartos. Por otro lado, la estenosis mitral implica un estrechamiento de la válvula, dificultando el paso de sangre de la aurícula al ventrículo izquierdo y, a menudo, se asocia con la fiebre reumática.
El diagnóstico de las afecciones de la válvula mitral generalmente se realiza mediante técnicas de imagen como el ecocardiograma, que permite visualizar el movimiento y la estructura de la válvula en detalle. En algunos casos, puede ser necesario un cateterismo cardíaco para obtener información más precisa sobre la gravedad del problema.