La crioterapia es una técnica médica que utiliza el frío extremo para destruir tejidos anormales o enfermos. Esta modalidad terapéutica se emplea en diversas especialidades médicas, como dermatología, oncología, y medicina del deporte, entre otras. La crioterapia puede ser aplicada de manera localizada o sistémica, dependiendo de la condición que se trate.
En dermatología, la crioterapia se utiliza frecuentemente para tratar lesiones cutáneas benignas y malignas, tales como verrugas, queratosis actínicas, y algunos tipos de cáncer de piel. El agente criogénico más comúnmente utilizado es el nitrógeno líquido, que puede alcanzar temperaturas extremadamente bajas, alrededor de -196 grados Celsius. La aplicación del nitrógeno líquido sobre la lesión provoca una congelación rápida, seguida de la destrucción del tejido afectado. El frío intenso causa necrosis celular por cristalización del agua intracelular y daño de las membranas celulares, lo que resulta en la eliminación del tejido anómalo.
En oncología, la crioterapia puede ser empleada para tratar ciertos tipos de tumores, especialmente cuando son de pequeño tamaño y están en etapas tempranas. Esta técnica se conoce como criocirugía o crioblasión. Se inserta una sonda criogénica directamente en el tumor bajo guía de imagen, como ecografía o tomografía computarizada, y se aplica frío extremo para destruir las células tumorales. Esta modalidad es mínimamente invasiva y puede ser una opción cuando la cirugía convencional no es factible.
En el ámbito de la medicina del deporte, la crioterapia se utiliza para el tratamiento de lesiones agudas, como esguinces, distensiones musculares, y contusiones. La aplicación de hielo o compresas frías ayuda a reducir la inflamación, el dolor, y el edema asociado con estas lesiones. Además, la crioterapia de cuerpo entero, que consiste en exponer al paciente a temperaturas extremadamente bajas durante unos minutos en una cámara especial, se ha popularizado como método de recuperación y mejora del rendimiento físico.
Es importante mencionar que la crioterapia debe ser realizada por profesionales capacitados para evitar complicaciones, como daños a los tejidos sanos o infecciones. Además, no todas las personas son candidatas ideales para este tratamiento; existen contraindicaciones que deben ser evaluadas previamente por el médico.