Bebé recién nacido sostenido por un adulto, ilustrando el contexto de negligencias en hemorragias postparto.

Negligencias en hemorragias postparto

Las hemorragias posparto suponen un grave riesgo para la salud de la mujer. Si han sido provocadas por una mala praxis, la afectada está en su derecho de reclamar el pago de una indemnización por negligencia médica.

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¿Qué es una hemorragia postparto?

Durante el parto es normal que se produzca una cierta pérdida de sangre, pero hay que diferenciar entre una pérdida considerada fisiológica (normal) y una hemorragia anormal que puede ser peligrosa.

En un parto vaginal se considera normal perder hasta 500 mililitros de sangre. En la cesárea la pérdida puede llegar a los 1000 mililitros sin que se considere patológica. Porque el cuerpo de la mujer está preparado para estas pérdidas. De hecho, el volumen sanguíneo aumenta durante el embarazo entre un 30 % y un 50 %.

Se considera que son hemorragias postparto anormales cuando la pérdida supera esos límites, pero también si aparecen signos clínicos de shock como presión baja, palidez, confusión o taquicardia. Así como cuando la sangre fluye de forma incontrolable o va acompañada de coágulos grandes.

Cuando el sangrado es excesivo o no se puede controlar adecuadamente, se convierte en una emergencia médica grave. Es entonces cuando se puede evaluar una posible negligencia médica, porque lo que ha comenzado como algo común puede evolucionar hacia un problema serio si no se actúa con rapidez y eficacia.

Tipos de sangrado postparto

Los más relevantes que se pueden dar son:

Loquios

Es el sangrado normal después del parto. Se produce porque el útero elimina el tejido restante, la sangre y la mucosa.

Pasa por varias fases:

  • Loquios rojos. Durante los primeros tres a cinco días tras el parto. Es una sangre de color rojo brillante, parecida a la menstruación.
  • Loquios serosos. Del día cinco y hasta el 10 o 14. Es un sangrado rosado o marrón claro que va disminuyendo de forma gradual en cantidad.
  • Loquios blancos. Desde la segunda semana tras el parto y hasta cuatro o seis semanas después. Es un sangrado blanquecino o amarillento que no debe tener mal olor ni causar dolor.

Hemorragia postparto primaria

La hemorragia postparto aguda sucede dentro de las primeras 24 horas tras el parto. Es un sangrado abundante que puede ir acompañado de mareos, palidez, presión baja, pulso rápido, debilidad generalizada y hasta pérdida de conciencia.

Hemorragia postparto secundaria

Sucede entre las 24 horas siguientes al parto y las 12 semanas posteriores. Los loquios, que han ido disminuyendo y volviéndose más claros, vuelven a ser rojos brillantes e incluso aparecen coágulos grandes. Además puede haber otros síntomas como fiebre, mal olor del flujo o dolor abdominal, que alertan de una posible infección.

Sangrado anormal prolongado o intermitente

Es aquel que dura más de seis semanas y no sigue la progresión típica de los loquios. Se suele relacionar con disfunción del endometrio, infecciones o problemas hormonales, por lo que requiere atención médica.

Causas

La hemorragia postparto normal o fisiológica se produce como consecuencia de:

  • Desprendimiento placentario, ya que al salir la placenta se rompen vasos sanguíneos uterinos.
  • Contracciones uterinas. Aunque estas ayudan a cerrar los vasos sanguíneos, al principio no son completamente efectivas.
  • Limpieza natural del útero, que necesita eliminar restos de membranas, sangre y tejidos.

La hemorragia postparto patológica puede estar provocada por múltiples factores:

  • Parto muy prolongado o muy rápido, lo que dificulta la contracción del útero tras el parto y provoca que los vasos sanguíneos se queden abiertos.
  • Lesiones en el canal del parto: desgarro vaginal, cervical o uterino que no se ha detectado o no se ha suturado bien; ruptura uterina en mujeres que han tenido una cesárea anterior; episiotomía complicada; o por uso de instrumentos como los fórceps o la ventosa.
  • Retención de productos placentarios que impiden que el útero se pueda limpiar bien de manera natural.
  • Trastornos de coagulación.

En muchas ocasiones, la hemorragia postparto patológica es causada por una negligencia médica:

  • No se ha controlado adecuadamente el sangrado tras el parto.
  • No se ha revisado si la placenta se ha expulsado completamente.
  • No se han administrado uterotónicos cuando hay atonía.
  • No se reconocen a tiempo los signos de shock o hipovolemia.
  • Se ha tardado en activar los protocolos de emergencia obstétrica.
  • Ha faltado monitoreo en las primeras horas tras el parto.

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Coágulos postparto

Los coágulos son comunes en los primeros días tras el parto. Se trata de acumulaciones de sangre que coagulan dentro del útero o la vagina antes de ser expulsadas. 

El problema surge cuando son más grandes de 5 cm, aparecen más allá de los primeros días tras el parto o van acompañados de otros síntomas como fiebre, dolor abdominal, mal olor en el flujo o sensación de debilidad extrema.

Estos coágulos grandes y tardíos son sinónimo de que algo no va bien. En la mayoría de los casos son evitables con una atención médica adecuada, por lo que su mal manejo puede ser un motivo para reclamar por negligencia obstétrica.

Cuándo preocuparse por un sangrado después de cesárea

Tras la cesárea es normal que el sangrado se mantenga entre cuatro y seis semanas. Es un sangrado moderado, similar a una menstruación abundante, que va disminuyendo a medida que pasan los días. Además, su color va pasando desde el rojo brillante al blanco o amarillento. Ocasionalmente, pueden aparecer coágulos, especialmente cuando se ha estado acostada durante un tiempo.

El sangrado es preocupante cuando:

  • Las toallas sanitarias se empapan en menos de una hora y esto se repite por dos o más horas.
  • El sangrado que ya ha ido cambiando previamente de color vuelve a ser rojo brillante.
  • Aparecen coágulos grandes (más de 5 cm) repetidamente.
  • Hay otros síntomas: fiebre alta, dolor abdominal intenso, flujo con mal olor, mareos, etc.

También hay que preocuparse si el sangrado, que ya había ido mejorando con el paso de los días, vuelve a intensificarse de manera repentina.

Esto puede ser síntoma de:

  • Atonía uterina. El útero no se contrae adecuadamente.
  • Restos placentarios. Hay fragmentos de placenta que no se retiraron completamente.
  • Infección del endometrio.
  • Trastornos de coagulación.
  • Complicaciones en la herida uterina.

¿Cuándo una hemorragia mal gestionada se convierte en negligencia?

La hemorragia por sí misma puede no constituir una negligencia, pero sí lo es la mala atención o desatención de la misma.

Se entiende que hay negligencia en los siguientes casos:

  • Fallo en la detección o monitoreo. Cuando no se detectó la hemorragia a tiempo por falta de la debida atención a la madre: no se controló el sangrado en las primeras horas, no se evaluaron los signos vitales, se ignoraron las quejas de la mujer o se minimizó o subestimó un sangrado evidente.
  • Retraso en el tratamiento. Cuando no se administraron a tiempo los medicamentos uterotónicos, se retrasó la revisión o exploración del útero en busca de restos placentarios o desgarros, no se activó el protocolo de transfusión o se tardó en decidir o ejecutar una cirugía necesaria.
  • Falta de medios o de personal capacitado. La falta de preparación o de recursos en un centro que atiende partos se puede considerar negligencia institucional.
  • Mala praxis en procedimientos. En la sutura, en la revisión para comprobar si la placenta salió completamente, o una lesión accidental provocada por maniobras incorrectas.
  • No se informa a tiempo a la paciente o no se actúa de forma rápida ante las complicaciones.

Consecuencias para la paciente

Una hemorragia posparto puede tener consecuencias graves que incluyen daño en órganos vitalesnecrosis tisular que puede llevar a la amputación de extremidades; histerectomía de urgencia e incluso la muerte de la madre.

Además de las consecuencias físicas, que pueden ser más o menos graves, esta situación también tiene consecuencias psicológicas y emocionales para la madre. Como agravamiento de la depresión postparto, síndrome de estrés postraumático o trastorno de ansiedad generalizada.

¿Cómo reclamar una negligencia por hemorragia postparto?

Lo primero es solicitar el historial clínico de la paciente y ponerse en manos de un abogado especializado en este tipo de reclamaciones. Si se estima que hay indicios de negligencia, se puede intentar primero una solución extrajudicial o, en su defecto, pasar directamente a demandar por negligencia.

Las hemorragias postparto que se salen de la normalidad pueden tener consecuencias graves sobre la salud de la mujer. Por eso, si no han sido atendidas debidamente, o han sido provocadas por una mala praxis, se puede reclamar frente a ellas para obtener una indemnización.

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