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Errores en Intervenciones Quirúrgicas | ¿Cómo reclamar?

La ciencia médica avanza a pasos agigantados. Quizá por eso tendemos a pensar que cualquier intervención quirúrgica tendrá un resultado favorable. No siempre es así. 

A menudo surgen complicaciones dentro de los quirófanos. Problemas que suelen ser abordados correctamente según la ciencia médica, pero que, en ocasiones, dan lugar a negligencias. 

Estos errores dejan a su paso un reguero de consecuencias. Secuelas físicas, problemas psicológicos derivados de la fallida intervención o el fallecimiento del paciente.

Entrar al quirófano conlleva riesgos. La probabilidad de que ocurra un daño imprevisto en una operación es relativamente alta. Según este estudio, la tasa global de errores evitables en intervenciones quirúrgicas ronda el 6%.

La tecnología avanza, pero el factor humano sigue muy presente. El error puede suceder en intervenciones muy complejas y en operaciones aparentemente sencillas.

¿Se pudo evitar?¿Se trató de una complicación típica de la intervención? A continuación, daremos respuesta a esas preguntas y a otras que suelen surgir cuando crees haber sido víctima de un error médico. 

¿Cuáles son las causas que desencadenan el error quirúrgico?

De forma general podemos dividir las causas de los fallos dentro del quirófano en los siguientes grupos.

  • Factores situacionales: distracciones, interrupciones, falta de concentración o estrés. Hacen que el equipo rinda por debajo de lo esperado predisponiendo al error.
  • Factores de utillaje: fallos en el instrumental médico. Pueden ocurrir por desgaste, por falta de mantenimiento o por simple probabilidad. Poco usuales hoy en día.
  • Factores de criterio: falta de conocimiento o conocimiento inadecuado por parte del equipo médico. Este factor hace que se tomen medidas equivocadas dando lugar a una posible negligencia.
  • Factores de la organización: intervenir sin el personal o el equipo adecuado. En unos plazos que no corresponden con los esperados. O con personas carentes de confianza y comunicación.
  • Factores relacionados con las rutinas: omitir los protocolos o seguirlos de modo deficiente. La rutina es una de las bases dentro del quirófano. Esquivarla predispone al error quirúrgico. 
  • Factores del paciente: incluyen los factores de riesgo del propio paciente, pero también el control del cirujano sobre ellos. Ignorarlos o infravalorarlos predispone al fallo médico.

¿Cómo saber si el equipo médico incurrió en una negligencia?

Existen tres conceptos que nos permiten comprender mejor el error médico en los procedimientos quirúrgicos:

  • Riesgo quirúrgico.
  • Mala praxis médica.

El riesgo quirúrgico

Como hemos señalado, toda intervención quirúrgica conlleva riesgos.

Riesgos del paciente

Esencial en toda operación. Mediante la evaluación médica se determinarán los riesgos de cada persona. El examen sirve para recopilar datos del paciente y de sus afecciones. 

Se clasifica el riesgo en seis niveles conocidos como “ASA”, que van desde el nivel 1 para personas sanas sin enfermedades, hasta el nivel 6 que corresponde con la muerte cerebral del paciente que se someterá a un cirugía para la donación de órganos.

Riesgos de la intervención

La ciencia médica conoce y describe los riesgos habituales de cada intervención.

Las posibles consecuencias y contraindicaciones.

Se clasifican en tres niveles:

  • Riesgo bajo: procedimientos endoscópicos, colonoscópicos y cirugías superficiales.
  • Riesgo medio: cirugía de tórax, abdomen, próstata, cabeza y cuello, ortopédicas, etc.
  • Riesgo alto: cirugías de emergencia y de vasos sanguíneos grandes.

Por ello, en cada cirugía se establecen protocolos a fin de minimizar los riesgos. Cuanto más elevado sea el riesgo, mayores serán las medidas de control y precaución que debería tomar el equipo médico.

El consentimiento informado

El derecho a la información asistencial se articula en el artículo 4 de la Ley 41/2002, de 14 de noviembre:

“Los pacientes tienen derecho a conocer, con motivo de cualquier actuación en el ámbito de su salud, toda la información disponible sobre la misma, salvando los supuestos exceptuados por la Ley. Además, toda persona tiene derecho a que se respete su voluntad de no ser informada. La información, que como regla general se proporcionará verbalmente dejando constancia en la historia clínica, comprende, como mínimo, la finalidad y la naturaleza de cada intervención, sus riesgos y sus consecuencias.”

Tal y como se indica, la información será verbal, sin embargo el artículo 8 de la citada Ley establece algunas excepciones:

“El consentimiento será verbal por regla general. Sin embargo, se prestará por escrito en los casos siguientes: intervención quirúrgica, procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasores y, en general, aplicación de procedimientos que suponen riesgos o inconvenientes de notoria y previsible repercusión negativa sobre la salud del paciente.”

En este sentido conviene puntualizar que existen dos supuestos en los que no es necesario obtener el consentimiento informado: en urgencias y en situaciones de riesgo para la salud pública.

¿Qué supone el consentimiento informado en las operaciones?

Este consentimiento implica que conoces los riesgos de la operación y que los asumes. Aceptas los riesgos que la ciencia médica establece como comunes y frecuentes siempre y cuando se siga el protocolo marcado paso a paso. 

La mala praxis médica

Seguir el protocolo. Aplicar las técnicas necesarias con diligencia. Controlar las posibles complicaciones tal y como harían la mayoría de cirujanos en las mismas condiciones. 

Es lo que conocemos como buena práctica médica. Lo esperado de una intervención quirúrgica.

Eso no quiera decir que con una buena praxis el paciente esté libre de sufrir daños o secuelas. Quiere decir que los profesionales sanitarios han actuado como debían.

En el otro lado de la balanza encontramos la mala praxis médica.

Si el cirujano o el equipo médico se sale del patrón establecido por la ciencia médica. Si falla durante la cirugía (errores de acción) u omite pasos o procesos (errores por omisión). Si actúa con imprudencia o impericia

En esos casos, entramos en el terreno de la negligencia médica.

Errores frecuentes en cirugías

Problemas con la anestesia

La sedación del paciente es esencial dentro de los quirófanos. El margen de error es amplio. Con cierta frecuencia se producen problemas con la anestesia.

  • Administrar anestesia en exceso o en defecto.
  • Provocar daño nervioso debido a una colocación incorrecta del paciente.
  • Omitir alergias.

Son solo algunas de los problemas que pueden ocurrir con la anestesia y que, en ocasiones, provocan complicaciones mayores con un gran impacto en la salud del paciente.

Objetos extraños

Los protocolos en quirófano son rigurosos. Se cuenta y recuenta todo el instrumental médico para evitar descuidos.

A pesar de ello, en cirugías abiertas es relativamente frecuente que “objetos extraños” terminen en el interior del paciente: gasas, hilos, almohadillas…

Estos errores médicos se estima que ocurren en 1 de cada 1000 intervenciones quirúrgicas de abdomen.

Pueden provocar graves consecuencias en los pacientes como hemorragias, infecciones, dolores intensos, etc.

Operar el lado equivocado

81 casos en 100 hospitales españoles durante los últimos 10 años.

Son cifras oficiales. Datos modestos, pero la realidad es que los errores al intervenir el lado equivocado suceden con mayor frecuencia

Operar una extremidad cuando la afectada era la contraria o anestesiar el nervio equivocado. Son errores garrafales que suelen tener serias consecuencias.

Esta negligencia ocurre por fallos del sistema, ya sea por la ausencia o el uso incorrecto de las listas de verificación o por una deficiente comunicación entre el equipo médico.

Además, dentro de la “cirugía equivocada” también cabe la posibilidad de operar a otro paciente. Un error en la identificación puede hacer que la persona entre en quirófano para realizar un procedimiento diferente al previsto.

Provocar daños en nervios

Las cirugías suelen prever en el consentimiento por escrito del riesgo de causar daños en ciertos nervios. Dicho consentimiento no anula la posibilidad de negligencia.

Atrapamientos, uso inadecuado de los separadores o la utilización de técnicas no previstas en el protocolo pueden dar lugar a errores susceptibles de ser considerados como negligencias médicas.

También pueden suceder otro tipo de lesiones internas durante el procedimiento capaces de ser consideradas como mala praxis: daño de estructuras adyacentes, lesiones en vasos sanguíneos…

Errores en cirugías estéticas

Mención aparte merece el error médico en la cirugía estética. Ocurre con frecuencia y es importante abordarlo en detalle antes de pensar en una posible reclamación.

En primer lugar, podemos clasificar las cirugías en dos grandes grupos.

  • Cirugía curativa, reparadora o paliativa: enfocada en combatir un determinado proceso patológico.
  • Cirugía estética o cosmética: pensada para mejorar la apariencia de una parte del cuerpo del paciente.

En la doctrina ha habido disparidad de criterios al considerarse la cirugía estética como voluntaria y la curativa como necesaria.

Por si fuera poco, el debate sigue vivo por los términos “obligación de medios” y “obligación de resultados”.

El Tribunal Supremo ha ido modulando su postura con el paso de los años, señalando que la obligación del equipo médico es siempre de medios, independientemente de si la intervención fue necesaria o voluntaria.

Con una salvedad: que se pacte o garantice un resultado determinado entre las partes, en ese caso la obligación también sería de resultados.

Respecto a las intervenciones de estética, la jurisprudencia indice en la importancia de ofrecer toda la información al paciente. Cobra especial relevancia avisar de los resultados esperados, de las posibles complicaciones y de los riesgos de la intervención. Sin omisiones ni excepciones.

En cualquiera caso, es necesario señalar que siguen existiendo discrepancias al respecto. Jueces y magistrados continúan con sus propias interpretaciones sobre este tipo de errores.

¿Cuándo es posible reclamar por un error quirúrgico?

En España puedes interponer una reclamación siempre y cuando cumplas los plazos previstos.

  • Sanidad pública: un año a contar tras la intervención o la determinación de las secuelas.
  • Sanidad privada: un año si acudiste mediante seguro médico, cinco años si lo hiciste con contrato directo con el médico.

Ahora bien, ¿cuándo puedes reclamar con éxito? La clave está en conocer si hubo negligencia quirúrgica.

Para comprobar el procedimiento dentro del quirófano tendrás que solicitar la historia clínica. En ella vendrá reflejado el informe del quirófano, será el eje sobre el que girará el proceso para comprobar el alcance del error médico.

Tienes derecho a solicitar la historia clínica a través del Sistema Nacional de Salud (enlace) o del servicio de atención al paciente de cualquier centro de salud.

Reclamaciones por errores en intervenciones quirúrgicas

Con la sospecha de negligencia y la historia clínica sobre la mesa suelen surgir algunas dudas.

¿Puedes reclamar habiendo firmado el consentimiento informado?

Antes de la cirugía, habrás recibido por escrito un documento en el que te informan de los riesgos y de las posibles consecuencias de someterte a esa intervención.

Es probable que también hayas resuelto dudas verbalmente sobre el proceso. Y, finalmente, habrás estampado tu firma.

¿La firma del consentimiento elimina cualquier resquicio para reclamar?

No. Con esa firma certificas que has sido informado y que aceptas los riesgos habituales de la intervención, pero eso no exime al cirujano y a su equipo de responsabilidades.

Porque tal y como señala el Tribunal Supremo:

“El equipo médico debe realizar una elección adecuada de las técnicas previstas junto con el cumplimiento formal y protocolar de las mismas.”

¿Siguieron el protocolo tal y como señala la ciencia médica? ¿Actuaron con diligencia aplicando los medios que requería la intervención?

En caso afirmativo no habrá posibilidad de reclamación.

Pero con frecuencia encontramos señales de mala praxis médica. Errores que abren la puerta a una reclamación por el perjuicio causado.

También puede ocurrir que el consentimiento informado no contenga todos los riesgos previstos en dicha intervención, lo que impediría al paciente conocer los riesgos y, de nuevo, abriría la puerta para tomar acciones legales.

¿Cómo reclamar por un error durante una cirugía?

Es un proceso complejo. Estas labores debe realizarlas un abogado especialista en negligencias médicas y un perito médico.

Ambos determinarán la viabilidad, o no, de la posible demanda. Recabarán las pruebas. Analizarán los datos. Establecerán los pasos a seguir. ¿Necesitas dar el primer paso en la reclamación? Podemos ayudarte.